El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por la preocupación persistente, excesiva y poco realista sobre las cosas cotidianas. Las personas con este trastorno, experimentan preocupaciones y tensiones exageradas, a menudo esperando lo peor, incluso cuando no hay ninguna razón aparente de preocupación. Muchas personas tienen este tipo de trastorno, pero la verdad es que ni siquiera saber que es la ansiedad generalizada, por lo que no acuden a un buen tratamiento especializado.


Estas personas esperan desastres y están demasiado preocupadas por el dinero, la salud, la familia, el trabajo, o cualquier otro problema. El TAG se diagnostica cuando una persona se preocupa excesivamente por varios problemas diarios durante al menos 6 meses. Un tratamiento de la ansiedad generalizada puede ayudar a controlar esta situación.

A veces, la sola idea de pasar el día produce ansiedad. Estas personas no saben cómo detener el ciclo de la preocupación y sienten que todo está más allá de su control, aún cuando generalmente comprenden que su ansiedad es más intensa de lo que la situación lo amerita.

El GAD afecta a 6,8 millones de adultos, o el 3,1% de la población de EE.UU., en un año determinado. Las mujeres son dos veces más propensas a ser afectadas por los trastornos de ansiedad generalizada. Es por esto que ellas deben tener una mayor atención a todos los síntomas que pueden demostrar la presencia de dicho trastorno.

Hay que recordar que el trastorno de ansiedad generalizada se presenta gradualmente y puede comenzar a través del ciclo de vida, aunque el riesgo es más alto entre la infancia y la edad media. De igual forma, también es importante recalcar que si es posible curar la ansiedad generalizada.

Aunque se desconoce la causa exacta del TAG, hay evidencia de que los factores biológicos, antecedentes familiares, y experiencias de vida, particularmente estresantes, juegan un papel importante. Cuando su nivel de ansiedad es leve, las personas con síntomas de ansiedad generalizada pueden funcionar socialmente y tener un empleo remunerado. Aunque pueden evitar algunas situaciones, ya que tienen la enfermedad, algunas personas pueden tener dificultades para llevar a cabo las actividades diarias más simples cuando la ansiedad es severa.